TIPOS DE LECTURA


LA LECTURA

Tradicionalmente se ha definido a la lectura como la habilidad para interpretar y producir los sonidos que corresponden a los signos escritos de la lengua (grafías), es decir, se considera que el lector, ante el texto, procesa sus componentes, empezando por las letras, continuando con las palabras, frases, párrafos, etc. Esta propuesta tradicional o modelo de procesamiento ascendente (de abajo arriba) supone que el lector puede comprender el texto única y exclusivamente porque puede decodificarlo. Pero, ¿es la lectura un simple proceso de decodificación?
Weaver ha planteado tres definiciones para la lectura:
Saber leer significa saber: Pronunciar las palabras escritas.
Saber leer significa saber: Identificar las palabras y el significado de cada una de ellas.
Saber leer significa saber: Extraer y comprender el significado de un texto.
Por otro lado, en el modelo descendente (de arriba abajo), el lector hace uso también de sus conocimiento previos y de sus recursos cognitivos para establecer anticipaciones sobre el contenido del texto. Este modelo permite también que el lector resuelva ciertas ambigüedades que se presentan en un texto y escoja entre las interpretaciones posibles del mismo.
Así pues, podemos decir que el significado de un texto no sólo coincide con lo que se llama significado literal del texto, ya que todo significado se construye teniendo en cuenta un contexto.
Por ejemplo,  en las frases que a continuación se presentan, el contexto, es decir, el grupo de palabras que rodea a otra, es  el que finalmente se encarga de precisar el sentido del vocablo. Así, la palabra partida de acuerdo con el contexto en el que se encuentre puede significar:
“Certificado” en          :                                  Necesita su partida de nacimiento.
“Asignación” en          :                                  Para sus gastos recibió su partida.
“Salida” en      :                                   La  hora de partida será a las 05:00 P.M.
Finalmente, la lectura no es un simple desciframiento de palabras, sino que supone un proceso complejo que implica:
Ø  Reconocer  símbolos, letras, gráficos y organización del texto.
Ø  Organizar  los símbolos en palabras y las frases en conceptos.
Ø  Predecir e hipotetizar  acerca del contenido de la lectura.
Ø  Recrear lo que dice el autor, que implica también imaginar.
Ø  Evaluar a través de la comparación de lo personal con lo que dice el autor y obtener conclusiones propias.
Actitudes frente a la lectura        

Ø  Leer detenidamente el tema centrando la atención.

Ø  Tener constancia.

Ø  Mantenerse activo ante la lectura y preguntarse sobre lo leído y si se está comprendiendo o hay alguna dificultad.

Ø  Buscar el significado de las palabras o signos e incorporarlos al tema.

¿En qué consiste el proceso lector?
Cuando se leen confluyen dos tipos de información que ayudan al lector  encontrar el significado del texto que el escritor ha querido transmitir. Así tenemos que para leer necesitamos de:
La información visual (estructura superficial), que es la que nos proporciona el texto impreso y va de los ojos al cerebro. Comprende cada una de las letras y símbolos impresos que posee el texto y que llegan a nuestro cerebro a través de nuestros ojos.
Sin embargo, esta información es necesaria pero no suficiente, de allí que no se pueda entender un texto. Pero, ¿de qué más necesitas? Necesitas de una información no visual.
La información no visual (estructura profunda), es la que va desde el conocimiento del lenguaje hasta el conocimiento de la manera en que se debe leer, el estar familiarizado con el tema y el léxico empleado. Es decir, es la información y los conocimientos que el lector trae consigo. Así pues, para comprender un texto se necesita también de la información no visual: familiaridad con el tema y el léxico empleado.
Según Frank Smith, la relación que existe entre estos dos tipos de información –visual y no visual- es de reciprocidad:
Cuanta más información no visual tenga un lector, menos información visual necesita.
Cuanta menos información no visual pueda emplear el lector, más difícil será la lectura, pues necesita de más información visual.
Así, a partir de la información que le brinda el texto (información visual) y de sus propios conocimientos (información no visual) el lector construirá el significado del texto en un proceso que podemos dividir en:
Formulación de hipótesis. Cuando leemos un texto activamos algunos de nuestros esquemas de conocimiento que nos llevan a anticipar aspectos del contenido. La predicción consiste básicamente en formular preguntas acerca de lo que leemos.
Verificación de las hipótesis realizadas. Lo que anticipamos debe ser confirmado en el texto a través de los indicios gráficos. Para hacerlo tendremos que fijarnos en las letras, marcas morfológicas o sintácticas e incluso en elementos tipográficos y de distribución del texto.
Integración de la información y control de la comprensión. Si nos damos cuenta que la información del texto es coherente con las hipótesis que habíamos anticipado, las integraremos a nuestro sistema de conocimiento para seguir construyendo el significado global del texto.
Fases del proceso lector:


Es la etapa que permite generar interés por el texto que va a leer. Es el momento para revisar los conocimientos previos y de prerrequisitos; los previos se adquieren dentro del entorno que traen los estudiantes, los prerrequisitos nos da la educación formal como: vocabulario, nociones de su realidad y uso del lenguaje. Además, es una oportunidad para motivar y generar curiosidad.
Las destrezas específicas de la prelectura se desarrollan mediante actividades como:
Ø  Lectura denotativa y connotativa de las imágenes que acompañan al texto. La denotativa invita a observar y describir los gráficos tales como se ven y la connotativa, a interpretarlos de manera creativa.
Ø  Activación de conocimientos previos: preguntar qué conoce sobre el tema y con qué lo relaciona.
Ø  La formulación de predicciones acerca del contenido, a partir de elementos provocadores: título, año de publicación, autor, gráficos, palabras claves, prólogo, bibliografía, etc.
Ø  Determinación de los propósitos que persigue la lectura: recreación, aplicación práctica, localización de información, evaluación crítica.
Corresponde al acto de leer propiamente dicho, tanto en los aspectos mecánicos como de comprensión.  El nivel de comprensión que se alcance dependerá en gran medida de la importancia que se dé a las destrezas de esta etapa. Este es el momento para poner énfasis en la visualizaron global de las palabras, frases y oraciones evitando los problemas de lectura silábica, así como los de la lectura en voz alta.
Las actividades van de acuerdo al tipo de lectura
Es la etapa en la que se proponen actividades que permiten conocer cuánto comprendió el lector. El tipo de preguntas que se plantean determina el nivel de comprensión que se quiere asegurar.


Tipos de lectura:
Existen diferentes clasificaciones de la lectura ya que, sin duda, leemos de una manera u otra según sea la situación y el texto al cual nos enfrentamos, aunque sabemos que en todos los casos realizamos la misma operación de captar el contenido del texto.


Según la diferencia entre los códigos oral y escrito



LECTURA ORAL

LECTURA SILENCIOSA
Es la que hacemos en voz alta. Tiene sentido cuando se considera como una situación de comunicación oral en la que alguien desea transmitir lo que dice un texto a un receptor determinado. Tiene como objetivo no sólo conseguir una buena oralización, sino atender a la finalidad real de la lectura: la construcción del sentido.
Es la que hacemos sin vocalización. La construcción del sentido del texto es siempre personal.
Es el tipo de lectura más frecuente.
Permite una mejor comprensión textual.
Es la lectura del estudio.



Ahora bien, para que el lector pueda familiarizarse con las características del texto debe tener experiencias con textos variados, de tal manera que pueda ir aprendiendo las características que lo diferencian y ejercitando  la habilidad de lectura según la intención   y el texto.
De allí que se diga que los textos de cada asignatura exigen tipos especiales de lectura. Así por ejemplo, los textos de ciencia, tecnología y ambiente muchas veces contienen    materiales que indican las experiencias  que el estudiante debe realizar para indicar principios y conclusiones. Los textos de matemática se caracterizan por la abundancia de la información numérica y por pocos contenidos verbales. Los textos literarios se pueden considerar como construcciones del lenguaje con un cierto grado de autonomía para generar comprensiones textuales específicas.
Es por esta razón que se debe incidir en los distintos tipos de lectura para mejorar la comprensión en el aprendizaje de nuestros alumnos.
Velocidad de la lectura
La velocidad en la lectura normal depende de los fines y su unidad de medida se expresa en palabras por minuto (ppm):
Para memorización:                        Menos de 100 ppm
Lectura para aprendizaje:              (100–200 ppm)
Lectura de comprensión:                (200–400 ppm)
LECTURA VELOZ:
Informativa                                                   (400–700 PPM)
De exploración                                            (MÁS DE 700 PPM)
Entre ellas, la lectura de comprensión es probablemente el proceso más importante, ya que es la que motiva la lectura cotidiana de la mayor parte de la gente. En cambio, la lectura veloz es útil para procesar superficialmente grandes cantidades de texto, pero está por debajo del nivel de comprensión.
Las sugerencias para la elección de una determinada velocidad de lectura deben incluir la flexibilidad; la lectura reiterada de partes del texto cuando hay varios conceptos relativamente juntos o cuando el material no es familiar al lector y la aceleración cuando es un material familar o presenta pocos conceptos.
Entre las técnicas de lectura que buscan mejorar la velocidad están la lectura diagonal, el Scanning, SpeedReading y PhotoReading
Lectura diagonal
En lectura diagonal el lector solamente lee los pasajes especiales de un texto, como títulos, la primera frase de un párrafo, palabras acentuadas tipográficamente (negrito, cursivo), párrafos importantes (resumen, conclusión) y el entorno de términos importantes como fórmulas («2x+3=5»), listas («primer», «segundo»,...), conclusiones («por eso») y términos técnicos («costos fijos»). Se llama lectura diagonal porque la mirada se mueve rápidamente de la esquina de izquierda y arriba a la esquina de derecha y abajo. De ese modo es posible leer un texto muy rápido a expensas de detalles y comprensión del estilo. Esta técnica es usada especialmente al leer páginas web.
Escaneo
Scanning es una técnica para buscar términos individuales en un texto, basada en la teoría de identificación de palabras comparando sus imágenes. El lector se imagina la palabra en el estilo de fuente del texto y después mueve la mirada rápidamente sobre el texto.
¿QUÈ ES LO QUE DEBEMOS HACER Y NO HACER EN MOMENTOS DE REALIZAR UNA ACTIVIDAD DE LECTURA?
Cuando leemos solemos incurrir de forma inconsciente en ciertos vicios que entorpecen considerablemente nuestra velocidad de lectura. Estos vicios son:
1.- Leer palabra por palabra: Es la forma que aprendimos de pequeño. Lo leemos todo, sustantivos, verbos, adjetivos, y también artículos, conjunciones y preposiciones, con independencia de que algunas de estas palabras apenas aporten información, es decir es ua forma de enlentecer la lectura.
Por ejemplo: "El colegio de mi hermana está cerca de mi casa" Al leer esta frase iremos leyendo todas sus palabras.
2.- Subvocalización: Al leer tendemos a ir pronunciando las palabras, ya sea moviendo los labios o mentalmente.
3.- Regresión: También tendemos continuamente a dirigir la vista atrás, sobre lo que ya hemos leído, para asegurarnos de que entendemos lo que estamos leyendo.
FRENTE A ESTA LECTURA LENTA, EL ESTUDIANTE DEBE TRATAR DE LEER RÁPIDO YA QUE ESTO LE REPORTA LAS SIGUIENTES VENTAJAS:
1.- Ahorro de tiempo en la lectura: Tiempo que podrá dedicar a avanzar en el estudio o simplemente a descansar.
2.- Mayor concentración: La lectura rápida predispone a prestar más atención, haciendo que sea un tiempo de estudio más provechoso.
Hay que tratar de aproximar la velocidad de lectura a la velocidad del pensamiento (la velocidad del pensamiento suele ser entre 3 y 5 veces más rápida que la de lectura).
El estudiante debe comenzar midiendo su velocidad de lectura.
Debe leer un texto durante 5 minutos y calcular el número de palabras leídas.
Para ello realizará un cálculo aproximado: cuenta el número de palabras que hay en un renglón estándar y el número de renglones leídos. Multiplicando estas dos cifras obtiene una aproximación del número de palabras leídas. Esta cifra se divide por 5 y se obtiene una medida de la velocidad de lectura (nº de palabras por minuto).
¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA LEER MÁS RÁPIDO?
1.- Evitar releer. No se debe volver la vista atrás bajo ningún concepto, aunque pensemos que algo se nos ha podido escapar. Con la práctica nos habituaremos a poner la máxima atención en la lectura, evitando de este modo perder información.
Si no se comprende bien el texto es preferible darle una segunda lectura completa que ir constantemente releyendo. Se puede utilizar un lápiz para señalar por donde va uno leyendo y evitar de este modo saltos de línea.
2.- Reducir las fijaciones de los ojos. Aunque no nos demos cuenta, cuando leemos vamos fijando (parando) los ojos en cada palabra, y dentro de ella en cada letra.
Hay que tratar de ir ampliando el campo de visión: de una letra pasar a varias letras, luego a una palabra, y después a varias palabras. Con una fijación de la vista se puede llegar a leer hasta tres palabras a la vez.
Los ojos deben realizar un movimiento suave, continuo, y no una sucesión de breves paradas. Es un aprendizaje complicado pero que con la práctica se consigue.
3.- Centrar la atención en las palabras que aporten significado. Hay que fijarse en los sustantivos, verbos, adjetivos y adverbios, desechando artículos, preposiciones y conjunciones.
Por ejemplo: "El colegio de mi hermana está cerca de mi casa"
Quedaría reducido a: "colegio hermana cerca casa"
4.- Al final de la lectura se buscarán en el diccionario las palabras que no se hayan entendido. En lugar de ir interrumpiendo la lectura cada vez que aparece una palabra que no se entiende, es preferible anotarlas en un papel y al final de la lectura buscarlas en un diccionario.
Para una lectura rápida es importante también cuidar los siguientes puntos:
1.- Iluminación: hay que contar con buena iluminación. La luz natural es mejor que la artificial, pero si no puede ser es preferible combinar una luz central que ilumine toda la habitación y otra luz (preferentemente bombilla azul), no demasiado intensa, centrada sobre el texto.
2.- Postura: el estudiante debe leer sentado, con una postura cómoda (el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante) y con el libro centrado (que las líneas queden horizontales) apoyado en la mesa (la altura de la mesa debe ser la adecuada).
3.- Silencio. Una lectura rápida exige una gran concentración, y para ello es necesario evitar cualquier distracción. Si se quiere oír música que sea tranquila, a ser posible sólo instrumental, y con el volumen bajo.






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